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LA PLUTOCRACIA GANÓ A LA DEMOCRACIA, POR AHORA

Sigifredo Orbegoso V.

Libre de compromisos, presiones, ambiciones o dependencias, el 10 de abril ejercimos nuestro derecho al sufragio. Elegir significa escoger, entre opciones. Para mí las había, lo que evidentemente no las habrá en la segunda vuelta. “Mimo cosa”, Kenyi lo ha dicho. Keiko – PPK, no garantizan los cambios que el Perú necesita para dejar de ser este país donde campea la corrupción madre de la delincuencia, madrina del crimen organizado y el sicariato, hoy día una nueva profesión. Lo hemos dicho varias veces, todo esto ocurre porque las instituciones y Poderes públicos, son disfuncionales, necesitan ser reorganizados radicalmente. ¿Quién le pone el cascabel al gato? Si todos ellos participan de una madeja de intereses económicos y de poder, para turnarse en los sucesivos gobiernos sin que en el pueblo cambie de la más o menos paupérrima situación en que vive. Que el PBI ha aumentado – dice un macroeconomista al servicio de una gran empresa, que seguro ha sido ministro – y eso ¿qué diablos le importa al pueblo, el que sigue igual: sin trabajo, sin hospitales, con las medicinas por las nubes, y se tiene que recurrir a préstamos para educar a los hijos? Si los campesinos siguen abandonados a su suerte, expuestos a perder lo poco que tienen, si tienen la desgracia de que en su subsuelo haya metales preciosos y lleguen irresponsables depredadores que con enorme maquinaria pesada – que ahorra mano de obra – arrasen con todo dejando contaminación y lo que fueron campos cultivados solo sean páramos envenenados. Que se puede y se debe utilizar nuestra riqueza minera, por supuesto; pero para que beneficie a nuestro pueblo, cumpliendo - como en otros países - normas técnicas y legales que garanticen la conservación del medio ambiente y la salud de los pobladores que por ahora tienen contados años de vida. La minería da ingentes utilidades, pues bien, que todo no se lo lleven los inversionistas con convenios leoninos, muchas veces incumplidos que dan lugar a grandes protestas de los trabajadores con la secuela de muertos que en los últimos años han ido en aumento. Con este necesario introito, debo dar algunas razones por las que pienso que la Democracia ha perdido y la que ha ganado es la Plutocracia que – como no saben todos – aclararemos, esta es el “Gobierno de un Estado en que el poder está en manos de los ricos o influido por estos”. Democracia según una definición universalmente aceptada y la que ha usado Verónika Mendoza en sus discursos frecuentemente, ha sido: “El Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. Y esta definición ¿quién la dio? ¿El viejo Marx, el Comandante Chávez o Fidel Castro? No. La dio el epónimo Abraham Lincoln – “La Oración de Gettysburg” - antiesclavista héroe de la Guerra de Secesión en que con Washington y Jefferson fueron próceres del nuevo Estado que se liberó del coloniaje inglés. De acuerdo a ella, la soberanía pertenece y la ejerce el pueblo en forma directa o por representantes. Pero - esto es lo más importante - lo hace en su beneficio. No de dinastías, castas, grupos de poder, sectores - por distintos motivos -dominantes. El pueblo es el conjunto de ciudadanos que habitan el territorio de un Estado. Por eso cuando hablamos de Plutocracia hablamos del gobierno ejercido directamente por oligarquías o de grupos de Poder ejercidos por sus funcionarios o empleados. ¿No hemos visto por ejemplo, Ministros de Economía que vienen de grandes consorcios como “técnicos” y luego regresan a ellos después de cumplir su misión casi siempre de servir a intereses a los que se deben? ¿Qué hemos visto en estas elecciones? ¿Un enfrentamiento como los prohombres fundadores de las Naciones o, luego, las contiendas electorales de las que han salido grandes estadistas o legisladores, quienes han hecho historia por su inteligencia, habilidad para persuadir a las masas, honestidad que inspira confianza a la ciudadanía, y capacidad para conducir un Estado? No. De lo que hemos sido testigos ha sido de una contienda por el poder entre quienes tienen más dinero que les permitía tener más propaganda en costosos spot televisivos, avisos en los periódicos, paneles de lujo y pinturas con sus nombres a lo largo y ancho del país. En algunos casos como de la señora Keiko, no de ahora sino desde hace años como ella lo ha proclamado. Nos consta haber visto su nombre por carreteras y pueblos apartados desde años atrás. Pero todo eso cuesta mucho dinero, sin hablar de regalos y donaciones públicas o privadas, pero con fines definidamente proselitistas. No se trataba de muchos benefactores verdaderos que, ayer o como hoy, dan en silencio pero no piden nada a cambio. En esta competencia desigual, vimos con sorpresa la aparición de una joven candidata llamada Verónika Mendoza, cusqueña, congresista, que en un apresurado proceso de unificación de una izquierda dividida y desperdigada desde hace tiempo, consiguen acepte, tardíamente, ser candidata a la presidencia en elecciones abiertas y democráticas por el que finalmente se llamó Frente Amplio. Faltaban meses para las elecciones, mientras otros venían preparándose desde hacía años. No tenía un partido organizado a nivel nacional como otros. No tenía cuadros. Obviamente tampoco locales donde reunirse. Y, lo que es peor, no tenía dinero que a otros les sobraba. De acuerdo a sus principios tampoco pensaba hipotecarse ni a grupos de poder ni a algún “inversionista” privado en busca de políticos cotizables que los hay, por supuesto. Pues ella había surgido para luchar contra todas esas corruptelas. Pero había que llegar al pueblo que ni siquiera la conocía. Y llegó como los “Indignados” de España, usando inteligentemente las redes sociales. Luego el bus, el taxi, la balsa amazónica ¿de dónde avionetas, helicópteros, aviones que otros disponían? Publicidad en medios de comunicación era imposible. Pero “El camino se hace al andar” y comenzaron los mítines chuiquitos primero, multitudinarios después. Vero había despertado la dormida potencialidad de la izquierda. Llegó la hora de la verdad el 10 de abril. Las encuestas se quedaron atrás y fue trepando hasta quedar en un increíble tercer puesto a un metro de pasar a la segunda vuelta. Pese a una “guerra sucia” que no encontraba flanco para atacarla: “terruca”, “chavista”, pero nunca corrupta o bruta. Hasta la Santa Iglesia se sumó a la demolición. Fue imposible conseguir otros gestos de hidalguía y lucha por un ideal nacional como el del padre Arana. Para variar no podía faltar un Goyo que mantuviese su candidatura no obstante estar preso por delitos comunes, que de retirarla y sumarse a la izquierda a que dice pertenecer evitó que Vero hubiese pasado a la segunda vuelta con seguridad. Aldo M. lo ha declarado por ese motivo “héroe” ¿de la hoy Derecha Bruta y Asustada? Dime quién te alaba. . . En el extranjero han visto las cosas con exactitud. El “Diario Público de España” ha publicado un excelente artículo – no apto para estólidos – refiriéndose a los resultados de la primera vuelta: “EL PAÍS DE LAS CASTAS RESPIRA TRANQUILO”. La CONFIEP recupera el sueño

Publicado: 2016-04-15


Libre de compromisos, presiones, ambiciones o dependencias, el 10 de abril ejercimos nuestro derecho al sufragio. Elegir significa escoger, entre opciones. Para mí las había, lo que evidentemente no las habrá en la segunda vuelta. “Mimo cosa”, Kenyi lo ha dicho. Keiko – PPK, no garantizan los cambios que el Perú necesita para dejar de ser este país donde campea la corrupción madre de la delincuencia, madrina del crimen organizado y el sicariato, hoy día una nueva profesión. Lo hemos dicho varias veces, todo esto ocurre porque las instituciones y Poderes públicos, son disfuncionales, necesitan ser reorganizados radicalmente.

¿Quién le pone el cascabel al gato? Si todos ellos participan de una madeja de intereses económicos y de poder, para turnarse en los sucesivos gobiernos sin que en el pueblo cambie de la más o menos paupérrima situación en que vive. Que el PBI ha aumentado – dice un macroeconomista al servicio de una gran empresa, que seguro ha sido ministro – y eso ¿qué diablos le importa al pueblo, el que sigue igual: sin trabajo, sin hospitales, con las medicinas por las nubes, y se tiene que recurrir a préstamos para educar a los hijos? Si los campesinos siguen abandonados a su suerte, expuestos a perder lo poco que tienen, si tienen la desgracia de que en su subsuelo haya metales preciosos y lleguen irresponsables depredadores que con enorme maquinaria pesada – que ahorra mano de obra – arrasen con todo dejando contaminación y lo que fueron campos cultivados solo sean páramos envenenados. Que se puede y se debe utilizar nuestra riqueza minera, por supuesto; pero para que beneficie a nuestro pueblo, cumpliendo - como en otros países - normas técnicas y legales que garanticen la conservación del medio ambiente y la salud de los pobladores que por ahora tienen contados años de vida. La minería da ingentes utilidades, pues bien, que todo no se lo lleven los inversionistas con convenios leoninos, muchas veces incumplidos que dan lugar a grandes protestas de los trabajadores con la secuela de muertos que en los últimos años han ido en aumento.

Con este necesario introito, debo dar algunas razones por las que pienso que la Democracia ha perdido y la que ha ganado es la Plutocracia que – como no saben todos – aclararemos, esta es el “Gobierno de un Estado en que el poder está en manos de los ricos o influido por estos”. Democracia según una definición universalmente aceptada y la que ha usado Verónika Mendoza en sus discursos frecuentemente, ha sido: “El Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. Y esta definición ¿quién la dio? ¿El viejo Marx, el Comandante Chávez o Fidel Castro? No. La dio el epónimo Abraham Lincoln – “La Oración de Gettysburg” - antiesclavista héroe de la Guerra de Secesión en que con Washington y Jefferson fueron próceres del nuevo Estado que se liberó del coloniaje inglés. De acuerdo a ella, la soberanía pertenece y la ejerce el pueblo en forma directa o por representantes. Pero - esto es lo más importante - lo hace en su beneficio. No de dinastías, castas, grupos de poder, sectores - por distintos motivos -dominantes. El pueblo es el conjunto de ciudadanos que habitan el territorio de un Estado. Por eso cuando hablamos de Plutocracia hablamos del gobierno ejercido directamente por oligarquías o de grupos de Poder ejercidos por sus funcionarios o empleados. ¿No hemos visto por ejemplo, Ministros de Economía que vienen de grandes consorcios como “técnicos” y luego regresan a ellos después de cumplir su misión casi siempre de servir a intereses a los que se deben?

¿Qué hemos visto en estas elecciones? ¿Un enfrentamiento como los prohombres fundadores de las Naciones o, luego, las contiendas electorales de las que han salido grandes estadistas o legisladores, quienes han hecho historia por su inteligencia, habilidad para persuadir a las masas, honestidad que inspira confianza a la ciudadanía, y capacidad para conducir un Estado? No. De lo que hemos sido testigos ha sido de una contienda por el poder entre quienes tienen más dinero que les permitía tener más propaganda en costosos spot televisivos, avisos en los periódicos, paneles de lujo y pinturas con sus nombres a lo largo y ancho del país. En algunos casos como de la señora Keiko, no de ahora sino desde hace años como ella lo ha proclamado. Nos consta haber visto su nombre por carreteras y pueblos apartados desde años atrás. Pero todo eso cuesta mucho dinero, sin hablar de regalos y donaciones públicas o privadas, pero con fines definidamente proselitistas. No se trataba de muchos benefactores verdaderos que, ayer o como hoy, dan en silencio pero no piden nada a cambio.

En esta competencia desigual, vimos con sorpresa la aparición de una joven candidata llamada Verónika Mendoza, cusqueña, congresista, que en un apresurado proceso de unificación de una izquierda dividida y desperdigada desde hace tiempo, consiguen acepte, tardíamente, ser candidata a la presidencia en elecciones abiertas y democráticas por el que finalmente se llamó Frente Amplio. Faltaban meses para las elecciones, mientras otros venían preparándose desde hacía años. No tenía un partido organizado a nivel nacional como otros. No tenía cuadros. Obviamente tampoco locales donde reunirse. Y, lo que es peor, no tenía dinero que a otros les sobraba. De acuerdo a sus principios tampoco pensaba hipotecarse ni a grupos de poder ni a algún “inversionista” privado en busca de políticos cotizables que los hay, por supuesto. Pues ella había surgido para luchar contra todas esas corruptelas. Pero había que llegar al pueblo que ni siquiera la conocía. Y llegó como los “Indignados” de España, usando inteligentemente las redes sociales. Luego el bus, el taxi, la balsa amazónica ¿de dónde avionetas, helicópteros, aviones que otros disponían? Publicidad en medios de comunicación era imposible. Pero “El camino se hace al andar” y comenzaron los mítines chuiquitos primero, multitudinarios después. Vero había despertado la dormida potencialidad de la izquierda.

Llegó la hora de la verdad el 10 de abril. Las encuestas se quedaron atrás y fue trepando hasta quedar en un increíble tercer puesto a un metro de pasar a la segunda vuelta. Pese a una “guerra sucia” que no encontraba flanco para atacarla: “terruca”, “chavista”, pero nunca corrupta o bruta. Hasta la Santa Iglesia se sumó a la demolición. Fue imposible conseguir otros gestos de hidalguía y lucha por un ideal nacional como el del padre Arana. Para variar no podía faltar un Goyo que mantuviese su candidatura no obstante estar preso por delitos comunes, que de retirarla y sumarse a la izquierda a que dice pertenecer evitó que Vero hubiese pasado a la segunda vuelta con seguridad. Aldo M. lo ha declarado por ese motivo “héroe” ¿de la hoy Derecha Bruta y Asustada? Dime quién te alaba. . .

En el extranjero han visto las cosas con exactitud. El “Diario Público de España” ha publicado un excelente artículo – no apto para estólidos – refiriéndose a los resultados de la primera vuelta: “EL PAÍS DE LAS CASTAS RESPIRA TRANQUILO”. La CONFIEP recupera el sueño


Escrito por

Sigifredo Orbegoso

Doctor en Derecho: Constitucionalista. Ha enseñado en varias Universidades especialmente en la UNT (Decano)


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Dejemos de hablar a media voz.

No siempre se llama al "pan pan y al vino vino", por razones de interés o compromisos de otra índole de los cuales yo carezco.