MÁXIMA ACUÑA: UN SÍMBOLO MUNDIAL
Voy a iniciar este comentario señalando una verdad incontrovertible y, por lo tanto, admitida por todo el mundo: nuestro planeta se consume, se devasta, se deshiela, ¿por qué ha envejecido? no, por la agresión inmisericorde, nada menos de quienes la habitan, los animales - algunos en extinción – tampoco. Es por el Hombre que cada vez se reproduce más y que en su afán de ilimitada codicia no vacila en arrasar con la naturaleza a fin de extraerle toda la riqueza que hay en ella a fin de saturar sus cuentas en sus propios bancos. Que las riquezas naturales deben servir para el bienestar humano, nadie discute. Para eso están, de lo contrario el orden natural se desbarataría. ¿De qué vive el Hombre? Que debe servir para el progreso de la civilización, también. No nos vamos quedar en la época de la carreta por cuidar la naturaleza. Pero de allí a destruirla, agotando sus recursos, contaminándola hasta producir fenómenos tan graves como el calentamiento planetario con todas sus secuelas nefastas bastantes difundidas, ya – creo – no es broma, ni se puede permitir que algunos o muchos se hagan de riquezas incalculables a costa de una catástrofe de la Humanidad. Y, lo que es peor, con el aplauso de algunos siervos del S. XXI.
En este panorama sombrío, pero aún de esperanza y lucha entre la razón, el derecho y la pérfida codicia, surge para suerte en el Perú, una humilde campesina que - como tantas – vive en Cajamarca alrededor de las lagunas que dan vida a sus limitados cultivos y cría de animales para su subsistencia: MÁXIMA ACUÑA CHAUPE.
Ella acaba de recibir el galardón más importante a escala mundial instituido para quienes defienden el Medio Ambiente: el Premio GOLDMÁN, como dicen una especie de Nobel para quienes destacan en su lucha por la protección de la integridad de esta nuestra morada sin puertas ni ventanas que es esa gran esfera terrenal que nos cobija. En esa lucha desigual con grandes empresas transnacionales coludidas con gobernantes y políticos venales, muchos campesinos han perdido la vida. Incluso sus dirigentes y luchadoras individuales, como la lideresa hondureña BERTA CÁCERES, asesinada 6 meses después de recibir el mismo premio. Cuidemos a Máxima, indefensa mujer, ante tanto poder que la acosa y que lo único que falta es que la vinculen a conexiones “terroristas”, para atentar contra ella. No estamos exagerando: lo hemos constatado en este proceso electoral nada menos. La Derecha cavernaria de “horca y cuchillo” y sus esbirros de los medios de comunicación y el espacio cibernético, no han encontrado mejor “argumento” para atacar a los candidatos que defendían los derechos humanos de los campesinos, comunidades nativas frente al atropello de los depredadores de la naturaleza, que lanzarles directa o veladamente, la acusación de “rojo”, “rosado”, “rogete”, “terruco (a)”. Mientras en nuestro país vecino Chile, otra joven y lideresa estudiantil, brillante y bella, como Camila Vallejo pertenece al partido Comunista y consigue ser la representante más joven que alcanza una curul con la mayor votación. Todo esto en un país gobernado más de una vez por una mujer, Michelle Bachelet, justamente también con larga trayectoria de lucha social de izquierda. ¿Y nosotros? Allí están: políticos anquilosados, sin ideas unos y con muchos intereses otros. Algunos con pasados “vergonzantes” que los hace sentirse orgullosos, para desgracia. ¡Pobre Perú, pero con habitantes “ricos – como dice una campesina – porque llevan en la sangre minerales”, pero que los llevarán a la tumba en contados años.
Frente al reconocimiento mundial de esta campesina, sin duda insignificante para los poderosos, ¿qué hacemos los peruanos? ¿Qué hacen las universidades preocupadas por procesos administrativos sin visión de Patria ni de futuro? Peor aún, algunas han galardonado a los depredadores otorgándoles la distinción de “Doctor Honoris Causa”, por sus “méritos académicos” (¿?) como es el caso de Roque Benavides (Minas Buenaventura) quien para demostrar su cultura ecológica ha dicho que “la contaminación ambiental no se debe a la extracción minera, sino a la basura que arrojan los campesinos”. ¿Sugiere este “Doctor”, que habría que instalar Baja Policía en las punas? ¿Podrían hacerlo las mineras con las pingües ganancias que obtienen? En la Universidad de Cajamarca nos informaron hace tiempo, cuando aún no había comenzado el jaleo sobre Conga, que sus Facultades implicadas en la actividad minera habían hecho un estudio determinando que el impacto ambiental sería negativo. Pero ¿quién tomó en cuenta esos estudios? Los informes oficiales ¿no sabemos que son “bamba” o, luego, luego fueron incumplidos por la empresa y cuando los campesinos protestan los califican de “terrucos” a los que hay que meterles bala?
Bolivia ha sido toda su vida un país minero, pero cuando estaban en el poder “La Rosca” de los Aramayo, Patiño y Hoschild, que establecieron la gran minería asociados con capitales yanquis ¿qué dejaron para Bolivia? Nada positivo. La misma pobreza, analfabetismo y explotación de los indígenas que eran mayoría; y, en lo político, inestabilidad tremenda ante la sucesión de Golpes de Estado para mantenerse en el poder. EVO MORALES, después de algunos esfuerzos fallidos como el de Paz Estensoro, ha revertido la situación y hoy tenemos un país ejemplo de desarrollo, educación, reducción de la pobreza, aprovechamiento del gas en beneficio de su pueblo, generación de formas alternativas de energía como la solar y ahora la Nuclerar. La ONU, en reconocimiento a esos méritos, acaba de elegir a Bolivia para presidir la “Comisión que estructure la nueva arquitectura financiera mundial”. Noticia que por supuesto han silenciado los grandes medios de comunicación capitalistas de América y el mundo. En el Perú – como vemos – solo les preocupa a los políticos y periodistas a Venezuela tratando de ignorar, claro, cómo han llegado hasta allí, quienes son los responsables de la campaña internacional en su contra y cuánto invierte la CIA en mantenerlo. (Igual a lo que pasó con Chile de Allende y Cuba de Fidel que desgraciadamente la gran mayoría ignora porque nunca lee).
En un país donde es común la discriminación, donde se denigra a nuestros indígenas, la lucha y el reconocimiento internacional de Máxima Acuña – a riesgo de su vida – nos hace recordar las palabras de un líder de la Guerra Civil Española ante la inminente caída de Madrid a manos de los fascistas: “Los señoritos invocan a la patria y la venden, el pueblo no la menciona siquiera pero la compra con su sangre”. A la “Hora de los hornos” – lo estamos viendo – los defensores de una “democracia” con dueños, vuela a París o Miami a gozar de lo mal habido, y que el pueblo y sus auténticos defensores se las arreglen.