Lo que en un momento pareció que la política peruana pasaba por momentos dramáticos, luego, al trascurrir de los días, finalizando ya el proceso electoral, cada vez más se asemeja a una comedia. Y como decía nuestro inolvidable Alfonso Barrantes Lingán – con quien la izquierda llegó a lo más alto – “a mí la comedia me gusta aplaudirla en el teatro, en la política prefiero la tragedia”. En efecto, ningún comediante en política pasa a la Historia, los héroes, mejor si han caído en la lucha, sí. Lo mismo comentábamos con Luis de la Puente U. a la hora de elegir entre dos caminos: transas o luchas. “Nuestra generación no tuvo maestros, porque a todos los vio claudicar”. Dijo en su momento un revolucionario que luego terminó sentado en la mesa de los poderosos que antes lo habían perseguido. Felizmente luego vinieron jóvenes, como nosotros, de otras tierras, que fueron verdaderos paradigmas por su consecuencia, sin importarles si la vida se iba en la lucha. Me tocó vivir - casi paralelamente - entre esas dos generaciones. Suerte la mía y vivir para contarlo.  

Pero ahora me toca ser testigo y en parte actor, de otra generación. En la cual la política y la lucha política se entienden y se practican de otra manera. Para empezar, la palabra “luchar” ha perdido todo el sentido semántico que puede leerse en los diccionarios, y ha sido reemplazada por el de la componenda y el enjuague para llegar a los fines perseguidos. Algo así como pretender cazar fieras sin estar dispuestos a disparar un tiro. Para algunos casos se usa un eufemismo cuando no se tiene los votos suficientes para conseguir un acuerdo: hay que llegar a un “consenso” o a una “concertación”. Si a ellos se llega de buena fe, con desprendimientos y concesiones recíprocas, el concepto de democracia no se opone. Pero si esta es un arma que usan algunos tramposamente como un medio para suplantar el derecho esencial de las mayorías que definen a la democracia, entonces rige lo que decía Jefferson – redactor de la Declaración de la Independencia de EUA – “democracia es la mitad más uno”.

Brevísima introducción para referirme a la triste situación a que hemos llegado en estas elecciones en que la hija del depredador de nuestro patrimonio y otros crímenes, se lanza como candidata y de arranque alcanza la más alta votación frente a los demás candidatos, sin tener mayores merecimientos. Mientras su hermano Kenji, sin articular un discurso, alcanza la mayor votación como para presidir el Congreso. Ellos han sido elegidos, los que consideran - no sin razón - que constituye un peligro para el país que dominen ambos Poderes, eluden la pregunta: ¿qué ha sucedido para que el pueblo soberano los elija? ¿Por qué no ha discernido correctamente, puesto que ha habido toda una difusión mediática abrumadora de todos los delitos cometidos por el padre y familiares de ambos candidatos? ¿Es que dedicarse a eso no era suficiente ni fundamental? ¿Algo así como si en Colombia el hijo de Pablo Escobar se lanzara de candidato a la presidencia y comenzaran a recordarle todos los crímenes que cometió su padre abatido luego de una persecución que costó millones al país? ¿Y obtener la mayor votación?

De eso se trata. El narcotráfico para llegar al nivel de los Cárteles no surge de la noche a la mañana y solo crece con la tolerancia y luego complicidad de la policía y las altas autoridades. En el Perú cierto que alcanza niveles estatales con Montesinos y Fujimori, pero ambos están presos hace 16 años, han pasado 4 gobiernos “democráticos” y ¿qué han hecho ellos para combatirlo? ¿Con “narcoindultos” para aliviar el hacinamiento de las cárceles? El candidato PPK en su programa de “Inseguridad ciudadana”, presenta como una gran novedad las “Penas Acumulativas” – y aprovecha para dar un golpe bajo a Keiko diciéndole si esas la hubieses aplicado a su padre tendría varias decenas de años de condena. Pero esa novedad no es tanto porque en el Perú existe cadena perpetua. ¿Y han leído que el Capo “Caracol” preso en la Base Naval, sigue dirigiendo la exportación de droga por el puerto del Callao auxiliado por dos lugartenientes sentenciados a cadena perpetua? ¿Algún alto funcionario de la Aduana o jefe Policial ha caído? Nadie. En Colombia sacaron varios miles de policías, reorganizaron mandos y reformaron el Poder Judicial, Keiko no creo lo haga, pero ¿lo hará PPK? Allí está el problema.

El señor Kuczynski, sabe que si en esta no la agarra, el sueño de su vida ha terminado. Es su “ÚLTIMO CUPLÉ”. El telón bajará para siempre. Se le ha criticado pasividad olvidando lo que pesan los calendarios. Sin embargo, últimamente lo he visto muy avispa, firma con quien sea “compromisos” a cambio de votos. Como economista y hombre de empresa ha logrado constituir un Trust horizontal obviamente con fines políticos para cerrar el paso al “Narcoestado”. El pretexto, se ve, ha caído como el anillo que él necesitaba para su rubicundo dedo. Todos han “atracado” (vulgo) y olvidando agravios se ha constituido una Santa Alianza. Otros ya no le dicen PPK, sino Fray Pedro Pablo, solo que él no es negro sino gringo. Veremos ahora si hace milagros, que sin ellos creo que el Perú no se salvará. ¿Pesimista me dirán algunos? Sí, les diré - como le dije a un Presidente del Congreso, abogado él y candidato en estas elecciones que no ha alcanzado creo 0.5 – “porque sé cómo terminan los optimistas”.

Está bien y en su derecho, votar por PPK, quienes se sienten identificados con sus posiciones políticas que ha ido modificando ante las exigencias de las apremiantes circunstancias. En cambio no me parece muy democrático hacer toda una campaña de presión para que voten por él ciudadanos a quienes no les gustan los dos candidatos. La justificación es que Keiko constituye un grave peligro para el futuro del país y de nuestros hijos, olvidando que nuestros hijos ya están en grave peligro desde hace rato ¿o no ven la TV todos los días? Pero aun admitiendo esa hipótesis, repetiré una pregunta que yo sepa, nadie me la ha contestado: ¿Cómo es que un gran sector de peruanos han votado por los Fujimori, teniendo tantos defectos? ¿Dinero? Ha habido otros candidatos que lo han tenido pero iban muy mal. Y, al contrario, la candidata de Frente Amplio, Vero Mendoza, comenzó hablando de un “estrado” consistente en un tablón apoyado en dos cajones. Nunca puso avisos en TV ni pintó paredes y pese a los ataques difamatorios de que fue víctima, estuvo a un paso de entrar a la segunda vuelta. Ahora la “terruca” y “chavista” ha sido casi conminada para que diga con todas sus letras: “Hay que votar por PPK” ante las pantallas para que nadie dude. El “fórceps” ha funcionado no solo en obstetricia sino también en política. Veremos si esa decisión ha sido la más acertada o si puede constituir una cáscara de plátano. Por ventura, ¿alguien cree que en iguales circunstancias PPK iba a salir a la TV pedir que voten por Vero? Hasta Kenji, por eso, dijo que prefería que Vero pasara a la segunda vuelta, pues se daba cuenta que, llegado el caso, ella no podría aglutinar votos como PPK. No creo que la mejor manera ni la más democrática de crear conciencia política en el pueblo, sea diciéndole por quién tiene que votar y por quién no. Un ciudadano de verdad vota o no vota como le dicte su conciencia política si la tiene. Las “manadas” (PPK) de borregos al corral, como quisieran algunos políticos convertir a nuestra Patria para ser ellos los capataces.