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“VICTORIA PÍRRICA” DE PEDRO PABLO K.

Publicado: 2016-06-09

Teniendo en cuenta que estamos en el Perú – de los últimos países en comprensión de lectura - imitaremos a Marco Aurelio Denegri, quien cuando usa una palabra o locución que no puede ser entendida, se toma el trabajo de explicarla. En efecto, se dice “Victoria Pírrica” en alusión al hecho histórico según el cual, el Rey de Epiro – el sí, gran guerrero y gobernante – en una de las tantas batallas que libró con los romanos, ganó la última, pero sufrió tantas bajas que dijo: “Otra victoria como esta y volveré solo a casa”.  

¿Por qué decimos esto? Pues porque al momento de escribir estas líneas no se había dicho la última palabra oficial de quién era el ganador de estos comicios. En cualquier caso la ventaja sería insignificante. Prácticamente mitad por la mitad. Si tenemos en cuenta las circunstancias habría también que recordar – pasiones al margen – que en la Historia hay victorias que huelen a derrotas y estas a victorias. Abonan la idea que venimos desarrollando, por ejemplo si se hubiera hecho un “casting” para escoger a la candidata (o) MÁS VULNERABLE para la contienda electoral que termina, ella hubiese sido sin duda Keiko, por la pesada mochila que cargaba y el enorme rabo de paja que arrastraba. Pugilísticamente hablando era como que un boxeador quisiera jactarse sabiendo que ha peleado con un púgil drogadicto. Pero aun así, su triunfo se ha debido a varias ayuditas, algunas no tantas, como las esperadas por sobrevaloradas, que han sido decisivas. De modo que este “FLAUTISTA DE HAMELÍN” – ahora sí busque este famoso cuento para que vea porqué lo cito – no tiene muchas razones para dar saltitos de festejo cuando el telón todavía no se ha levantado para anunciar al ganador. Pero estando en la República de “Pirú”, le doy por ganador así fuera por un voto según he recordado las palabras de Jefferson quien decía: “Democracia es mitad más uno”.

Pero esto no es todo, ni lo más importante para sentirse feliz. “Al grano dijo Sevillano . .” Ha ocurrido algo muy singular: no ha ganado en estas elecciones un candidato, sino un colectivo de multicolor político autoproclamado “NO A KEIKO”. Democráticamente inobjetable. Lo que consideramos - en su momento – no estaba bien que no se dijera entonces por quién debía votarse, pero además se espetaba: “no votar en blanco ni viciado”. Una ciudadanía sometida a la tutela de su voto deja de serlo. Un gran revolucionario contemporáneo ha dicho que un líder debe ser muy claro para señalar que “sepan quiénes son sus amigos y quiénes sus enemigos”. Sin medias tintas ni evasivas. Finalmente, sin subterfugios ni manipulaciones, se animaron y dijeron: “HAY QUE VOTAR POR PPK”, “YO VOTARÉ POR PPK”. Así se habla, comenté.

Pero la parte más decepcionante para PPK, al menos así lo considero, debe ser aquella en que le dicen sus adherentes: “En estas elecciones votaré por PPK; pero que quede bien claro que mi voto no es en apoyo a PPK, sino de rechazo a Keiko, porque yo amo a mi Perú . . .” Más claro no canta un gallo. Expresa “HILDEBRANDT En sus trece” y, como el talentoso periodista, muchos comienzan a hacer - líderes y lidercillos - la misma aclaración de advertencia. “Y si tú no te portas bien, nada me liga a ti y seré implacable contigo”, sería el complemento. Vale decir, estamos frente a un “Voto contra natura”. Ya que lo natural es votar por el candidato con quien uno está identificado, con su programa e ideología, lo contrario sería votar por él para que no gane el adversario. Es decir, como en una guerra manifestarle al Jefe Supremo, “yo no lucho por sus banderas ni su patria, que no son las mías, sino porque odio al bando contrario”. O a una dama en un conflicto sentimental: “Voy a estar contigo no porque te quiero, sino porque odio a la otra y si no te portas bien te largas”. No puedo ser más didáctico, pero aspiro a que todos me entiendan. Pero por si haría falta, recordaré lo que decía el viejo zorro de Luis Alberto Sánchez cuando se le invitaba a un BANQUETE en “honor” de algún político, que casi siempre era para disimular un desagravio, sin decirlo, que había recibido. Entonces él siempre preguntaba, con su reconocida ironía: “Y contra quién es el banquete”. Hasta que le explicaban. No era el homenaje al que figuraba en las publicaciones de esos tiempos, sino un codazo al causante del “homenaje”.

Por este motivo considero que Mr. Kuczynski, no tiene motivos para sentirse – como Pirro – feliz y, mucho menos, muy feliz, puesto que se lo han dicho EN SU CARA. No se lo han mandado decir: no votarán por él, sino para que no gane la otra. Y para colmo, quien – después de no pocas dudas y presiones – ganará con los votos de aquella que “en su perra vida no había hecho nada bueno”, se entiende, cosa que ha subsanado con creces disponiendo que voten por él. Supongo PPK debe haber cambiado de idea, mínimo. A esto hay que agregar que Keiko hace rato controla el Congreso. La pelea es solo por el Ejecutivo.

Después del triunfo electoral con el apoyo. Incluso, de Kenji - quién no fue a votar - en una contienda en que un voto vale, ahora puede interpretarse sus palabras cuando dijo: “Si en el supuesto negado que mi hermana no gane, yo seré el candidato para el 2021”. “Cosas veredes Sancho”, dijo Don Quijote a su escudero. Kenji – que ya se lanzó – no puede tener ideas, pero tiene palabra y el respaldo de su padre. Así que tenemos Fujimoris para rato. Y pensar que a esta dinastía oriental le abrió la puerta al Poder nadie menos que Don Mario Vargas Llosa, cayendo como mansa paloma ante un “chinito” que no tenía nada mientras él lo tenía todo.

A partir de la proclamación, PPK tiene que ser consciente que “una cosa es con flauta y otra con cajón”. Comienza la hora de la verdad. Los problemas necesitan urgente solución. Sino el desborde popular nos devorará. El Fujimorismo no será combatido – muchas veces lo hemos dicho – mientras a las masas democráticamente no se las organicen, no se las adoctrinen y no haya verdadero control de ellas. Se acabaron los campeones de los “memes” y la chacota, los entusiasmos futbolísticos, hay que pensar y actuar. Perdió la Dictadura, ganó ¿la Democracia? la que está por hacer sí. En seis meses veremos qué pasa con el enfermo, mejora o se agrava.


Escrito por

Sigifredo Orbegoso

Doctor en Derecho: Constitucionalista. Ha enseñado en varias Universidades especialmente en la UNT (Decano)


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Dejemos de hablar a media voz.

No siempre se llama al "pan pan y al vino vino", por razones de interés o compromisos de otra índole de los cuales yo carezco.