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HILDEBRANDT LANZA DARDO A GONZÁLEZ VIAÑA

Publicado: 2016-12-16

El conocido periodista César Hildebrandt, querido y admirado por muchos y odiado por otros – igual que Fidel Castro – claro que “Directamente proporcional al producto de su masa e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que los separa” - ha lanzado un dardo al descollante novelista norteño Eduardo González Viaña. El motivo: Eduardo le envía una carta abierta muy difundida a Verónika Mendoza, pidiéndole que - sobre todo en estos momentos que vive el país preñado de genuflexiones, renunciamientos, dubitaciones - se mantenga firme en sus principios y actitudes por los que el pueblo votó cuando fue candidata en las elecciones pasadas. Y, teniendo en cuenta la coyuntura del deceso del Líder de la Revolución cubana, añade: “Harán que “matices”. Tendrás que llamar Castro a Fidel Castro y, no simple y cariñosamente, Fidel. Tendrás que admitir que tuvo errores. Te harán olvidar que en el combate de David contra Goliat, el débil pastor puso una piedra en su honda, y no flores”. “Pasarán después a decir que fue un dictador y te harán olvidar que arriesgó su vida para enfrentar al ejército del brutal Batista…. que se enfrentó al mayor imperio de la tierra…etc.” 

En el último número de su revista “HILDEBRANDT En sus Sesenta” – pues se nota que hace rato el periodista ha dejado la pubertad – le lanza un balín de feria para hacerle cosquillas a Eduardo. Le dice en uno de sus columnitas “THE HORROR”: “Desde sarcófago estalinista, la voz del novelista propone la inmutabilidad, la rigidez, la pleitesía de acero inoxidable. ¿No es la historia un proceso vivo? ¿No es el socialismo una experiencia que debe aprender de sí misma y no repetir los errores que destruyeron la URSS y las democracias populares en Europa Oriental? ¿Qué muerte cerebral arrodillada propone González Viaña para que la candidata de una izquierda moderna y con futuro? Verónika: no le hagas caso”.

Es decir, don César, se irrita y ordena. Pero él en ese mismo número en su editorial “Matices”, con la ironía que le es propia, le dice a PPK que ya “desaparece como presidente” y le espeta que se yerga, que no se agache, ante la voracidad agresiva del Fujimorismo, pues para que se le enfrente lo hemos elegido; luego, cuando lo propio le dice Gonzáles Viaña a Vero, naturalmente desde una perspectiva ideológica común, entonces para C.H el novelista es un “mandón” salido de “algún sarcófago estalinista”, vale decir un vil defensor de los “Procesos de Moscú”, de los “Gulag,” de la invasión de Varsovia, y no condena a quienes defenestraron a poetas y escritores “disidentes” como los Cabrera o Herberto Padilla. Cierto que este, en todo caso, cantó la palinodia que causó, entones, gran escándalo en el mundo literario. Lo hizo, pero pudo negarse. ¿Qué le faltó? Algo que han tenido otros intelectuales en el mundo, en peores circunstancias: cojones. ¿Alguien puede imaginarse a Federico García Lorca, “retractándose” de sus ideas y obra, antes de morir fusilado por los franquistas? ¿Y si César Vallejo, que estuvo en el frente durante la Guerra Civil española, hubiese caído en manos de los fascistas lo hubiese hecho? El gran André Malraux, como aviador republicano, Jean Moulin el jefe de la Resistencia francesa detenido por los nazis, torturado y por último asesinado, pero ninguno jamás estuvo dispuesto a claudicar. Muchos compañeros de Fidel quedaron en la mesa de torturas luego de la derrota del Cuartel Moncada. Javier Heraud, a sus 21 años cayó acribillado pero no se rindió. En Europa el proceso fue largo y muy complicado, algunos se quedaron entre la espada y la pared. No faltaron quienes ante sus propias contradicciones de conciencia irresueltas, optaran por el suicidio – Koestler el de “Oscuridad al Medio Día” y su esposa - pero este es un tema que escapa a esta nota. Movimientos políticos mundiales y nacionales por su propia naturaleza no han podido escapar al “corsi y recorsi” de las consolidaciones y las crisis.

En el Perú la APRA, ¿cómo comenzó? ¿Cuántos se fueron – o nos fuimos - desde los fundadores aurorales como Luis Eduardo Enríquez –“Haya: La Estafa Política más grande de América” – cuántos líderes con trayectoria, poetas e intelectuales, hasta quedar lo que vemos: las últimas vértebras de algunas colas partidarias para espantar moscas cuando fastidian a la bestia. Siempre habrá desilusionados que se quedan en el camino, pero ¡cuántos se pasan al otro bando! Unos porque no se hace la Revolución que se ofrece; y, otros, porque se hace, pero no es el lecho de rosas que ellos esperaban. Eso es lo que ha pasado en Cuba. Sin gloria y en la miseria moral y material han pasado a esperar la muerte y el olvido. Otros han hecho fortuna con su anticastrismo como Vargas Llosa: disintió, está bien; ¿pero se fue a otras filas para luchar – como pensaba - por la causa de los oprimidos? No. Se fue al bando del Imperio y poderosos. Personalmente, a veces, hace el ridículo con su socialité Isabel Presley (hasta que se aburra) metido en el Jet Set europeo, disfrutando de la gran vida: ¡Qué felicidad para la Revolución Cubana haber perdido un “combatiente” como este de smoking y corbata michi! El pobre Padilla que siempre se sintió subestimado, lo intuye y antes de morir dice que su caso solo servirá para atacar a la Revolución Cubana.

Para seguir “matizando”, don César dice cómo se puede pedir “inflexibilidad”, etc. ¿Quién pide eso? Para comenzar – ya más de una vez lo hemos dicho – Vero ni nadie de la Izquierda en el Perú está plateando la creación de consejos de obreros tipo soviets, la vuelta a las guerrillas del 60 o hacer de los Andes la Sierra Maestra. ¿Quién? Ni siquiera una Democracia Popular menos una Dictadura del Proletariado? Nadie. Que el mundo cambia, por supuesto. Una de las leyes del Materialismo Dialéctico es que “todo cambia todo se transforma.”. Mal podría ignorarlo alguien con una posición socialista, para insistir en formas políticas de una realidad que ha cambiado. No es eso lo que le pide Eduardo: le pide que sea consecuente con sus principios que han hecho de Vero una lideresa que necesitan los pobres: esas “Aves sin nido”, como diría Clorinda Matto de Turner, pues ya sabemos que otros no solo tienen nido sino grandes residencias y hasta costosos departamentos a Miami o Europa, ya ustedes saben quién. Eso le pide. Que, en otros términos, la moderación, los buenos modales entendidos como bajar la cabeza y hablar a media voz, no es lo más recomendable para un partido popular que nace con banderas de cambio. Pero todo esto ya se lo había dicho a Vero no un estalinista, sino un politólogo de Harvard, Steven Levitsky, en La República. Él que al parecer le había aconsejado prudencia, luego de pasar revista cómo surgieron y crecieron los grandes partidos Latinoamericanos, termina diciéndole: “No nos hagas caso”. ¿A quién? A los de la izquierda “light”, descafeinada, de Habanos sin nicotina porque ya les hace mal para su salud: en fin de esa que cree que las Revoluciones se hacen a pañuelazos y no a balazos, que sus apellidos los convierten en compuestos y se consiguen títulos Nobiliarios - marquesitos de abolengo arequipeño – valientes luchadores de la “democracia” y enemigos acérrimos del socialismo. ¿Pronto estaremos leyendo a un periodista César Von Hildebrandt? Así somos los peruvianos: otros, nuestros abuelos mandaron la “de” al diablo y eso no agrega ni quita a una persona en el S. XXI.


Escrito por

Sigifredo Orbegoso

Doctor en Derecho: Constitucionalista. Ha enseñado en varias Universidades especialmente en la UNT (Decano)


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Dejemos de hablar a media voz.

No siempre se llama al "pan pan y al vino vino", por razones de interés o compromisos de otra índole de los cuales yo carezco.